La muerte ha sido un enigma para la humanidad a lo largo de la historia. A pesar de que la muerte es inevitable, sigue siendo una fuente de fascinación, miedo y misterio. Muchas personas han tratado de encontrar formas de comunicarse con los muertos, de comprender lo que sucede después de que morimos y de cerrar la brecha entre los vivos y los muertos.
¿Cómo podemos comunicarnos con los muertos? las respuestas varían según la cultura, la religión y las creencias individuales. Como entusiasta de la literatura y existencialista psicodélico, he explorado varias formas de conectarme con los muertos. Comenzó asistiendo a rituales de chamanes, meditaciones en cementerios, hipnosis, experimentos con psicodélicos con la esperanza de experimentar una conexión con aquellos que fallecieron. En este breve artículo compartiré mis pensamientos sobre cuatro métodos diferentes:
01. literatura, 02. creación de aplicaciones interactivas, 03. técnica de la imaginación de Ibn Arabi, y 04. espiritismo.
La primera y quizás la más obvia forma de comunicarse con los muertos es a través de la literatura. Los libros son una puerta de entrada al pasado, un portal a otros mundos y un medio para trascender el tiempo y el espacio. Cada vez que leemos un libro, entablamos un diálogo con el autor, que puede haber fallecido hace mucho tiempo. Podemos aprender de sus pensamientos, experiencias e historias, y obtener una comprensión más profunda de sus vidas y perspectivas.
La literatura nos permite entrar en la mente y el mundo de personas de diferentes épocas y lugares, para comprender sus luchas, aspiraciones y creencias. En este sentido, la literatura es una forma de mantener vivos a los muertos, de honrar su memoria y de aprender de su sabiduría. Como dijo el escritor Jorge Luis Borges, “siempre he imaginado que el Paraíso será una especie de biblioteca”.
Pero la literatura no es sólo una conversación unidireccional. También es una forma en que los muertos nos hablan, comparten su sabiduría y conocimientos, y nos recuerdan su presencia. Cuando leemos un libro de un autor fallecido, no estamos simplemente leyendo palabras en una página; estamos conectando con su espíritu, su esencia y su legado.
En los últimos años, la tecnología ha abierto nuevas vías para comunicarse con los muertos. Una de esas vías es la creación de aplicaciones interactivas, como chatbots o archivos mentales, que simulan conversaciones con seres queridos fallecidos. Estas aplicaciones utilizan técnicas de inteligencia artificial para recopilar recuerdos, escritos, fotos y otros datos de la persona fallecida, que luego pueden ingresarse en un programa que puede simular una conversación con ellos. De esta forma, la persona fallecida puede “hablar” con sus seres queridos, amigos o incluso extraños, mucho después de su muerte. Esta tecnología ya se ha utilizado con éxito en muchos campos, incluidos la educación, la terapia y el entretenimiento.
Hace diez años, creé un chatbot, una réplica digital de mi amado poeta fallecido utilizando sus escritos y otros datos disponibles. Miles de personas entablaron conversaciones con el chatbot, e incluso hoy, algunos maestros en Georgia lo usan como una herramienta alternativa y entretenida para enseñar a los estudiantes sobre este poeta. Si bien algunos pueden ver esto como un enfoque controvertido o incluso inquietante, lo veo como una forma de mantener viva la memoria y el legado de los muertos, y seguir aprendiendo de ellos.
Ibn Arabi, un filósofo y místico islámico del siglo XII, creía que el mundo se divide en dos reinos: el mundo de la realidad y el mundo de la imaginación. El mundo de la realidad es lo que vemos y experimentamos con nuestros sentidos físicos, mientras que el mundo de la imaginación es un reino más allá de lo físico, donde residen los muertos y otros espíritus.
Según él, el mundo de la imaginación es un puente entre el mundo físico y el reino divino, y se puede acceder a él a través de prácticas espirituales como la meditación y la contemplación. La técnica de imaginación de Ibn Arabi consiste en crear una imagen mental o visualización de una entidad o símbolo espiritual en particular, como un ángel o una figura mística. Luego, el practicante enfoca su atención en esta imagen, lo que le permite volverse más vívida y viva en su imaginación. A través de este proceso, el practicante busca establecer una conexión con la entidad o símbolo espiritual, lo que le permite recibir conocimientos, orientación o inspiración de él. Esta técnica también se puede utilizar para comunicarse con los muertos, ya que el practicante puede visualizar a la persona fallecida e intentar establecer una conexión con ella. Esta técnica requiere una comprensión profunda del misticismo islámico y un fuerte compromiso con la práctica espiritual.
En mi infancia en los años 90, cuando no teníamos electricidad durante las guerras en Georgia, mis amigos y yo solíamos jugar un juego de espiritismo usando una vela, un plato y un diccionario. Les pediríamos a los espíritus de los muertos que se comuniquen con nosotros moviendo el plato a diferentes letras del alfabeto, deletreando palabras o mensajes. Si bien este fue un juego tonto y algo supersticioso, también fue una forma de explorar nuestra fascinación por la muerte y el más allá.
El espiritismo, un sistema de creencias que surgió en el siglo XIX, es un enfoque más estructurado y serio para comunicarse con los muertos. Ha sido criticado por algunos como una pseudociencia o una forma de superstición, pero también ha atraído a muchos seguidores en todo el mundo. Según el espiritismo, los muertos pueden comunicarse con los vivos a través de médiums, que son personas con una habilidad especial para canalizar los espíritus.
En conclusión, vivimos en un mundo donde la muerte y la vida están entrelazadas tanto en los objetos físicos como en las leyes del universo. La muerte es parte esencial del ciclo de la vida, y es un proceso natural e inevitable que nos afecta a todos. Sin embargo, el deseo de comunicarse con los muertos, de comprender lo que sucede después de nuestra muerte y de encontrar significado y propósito en la vida sigue siendo un aspecto fundamental de la existencia humana. La literatura, las aplicaciones interactivas, la técnica de la imaginación de Ibn Arabi y el espiritismo son algunas de las formas en que podemos conectarnos con los muertos y explorar los misterios de la muerte y la vida. Estos métodos ofrecen diferentes perspectivas y puntos de vista sobre la naturaleza de la existencia, y pueden enriquecer nuestra vida espiritual e intelectual. Ya sea que busquemos consuelo, guía o inspiración en los muertos, la búsqueda de comunicación con ellos es un aspecto perdurable de la cultura humana y refleja nuestros anhelos y aspiraciones más profundos como especie. En este sentido, los muertos siempre están presentes en nuestras vidas, y continúan inspirándonos y desafiándonos, mucho después de haber dejado este mundo.